domingo, 4 de octubre de 2020

Ensayo: Justicia y Democracia

Introducción

Justicia y Democracia, palabras muy comunes en nuestro vocabulario, las escuchamos en la televisión, la leemos en internet, libros, revistas, incluso las demandamos en diversas ocasiones a nuestro gobierno, al mundo, pero,¿sabemos realmente lo que significan?

En diversos libros de derecho romano nos indican la definición etimológica de cada una de estas palabras, e incluso el concepto que los Romanos tenían de ellas; en este caso, como hay tantos libros sobre derecho romano, citare la definición que viene en el libro: “Derecho Romano primer curso” de los autores:

Agustín Bravo Gonzáles y Beatriz Bravo Gonzáles donde nos dicen: “Iustitia (justicia)… es la voluntad firme y continuada de dar a cada quien lo suyo, es también esa cualidad moral que obliga a los hombres a practicar cosas justas y que es causa de que se hagan y de que se quieran hacer…”

En cuanto a democracia, nos dice lo siguiente: “la palabra democracia proviene del griego antiguo, y fue acuñado en Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos demos que puede traducirse como pueblo y kratos, que puede traducirse como poder, o gobierno, lo que traduciría democracia como: El poder o gobierno del pueblo.” (Bravo A., Bravo B., “Derecho Romano primer curso”, Porrúa, México, 2014)

Y aunque sin lugar a dudas el derecho Mexicano así como muchos otros tienen su origen en el derecho de los antiguos Romanos, no es posible creer que la justicia y la democracia sean lo mismo para los gobiernos actuales, en especial el Mexicano, que para los antiguos habitantes de Roma, por el simple hecho de que las sociedades son muy diferentes entre sí, dijo alguna vez un renombrado historiador Francés: “Por haber observado mal las instituciones de la ciudad antigua, se la ha creído resucitar entre nosotros. Se ha formado una ilusión sobre la libertad entre los antiguos, y solo por eso ha peligrado la libertad entre los modernos…” (Numa Denys Fustel de Coulanges)

Esta frase tan cruda en su manera de expresarse, es de suma importancia para todos aquellos estudiantes de derecho, hay que tener presente a la Roma antigua, a su derecho, sus costumbres, su cultura, su historia, porque sirvió de base para nuestro derecho, más sin embargo, no son iguales, las sociedades antes expuestas, son muy diferentes entre sí, y por ende, el derecho de ambos pueblos, es único e irrepetible, así como su cultura, y por lo mismo nos es imposible decir que la justicia y la democracia que comprendían los antiguos Romanos es muy diferente a las que comprendemos los Mexicanos de hoy.

Etimología

Justicia es una palabra que proviene de la palabra iustitia, que a su vez tiene su origen en la palabra ius que significa “derecho”, la palabra literalmente quiere decir “en relación al derecho”, y los antiguos Romanos y Griegos la concebían como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien su derecho”.

Democracia en cambio proviene del griego antiguo δημοκρατία (Demokratia) a partir de los vocablos δμος (Demos) que puede traducirse como pueblo y κράτος (kratos) que puede traducirse como poder, y en este caso como gobierno.

Definiendo la justicia

Comúnmente entendemos por justicia hacer lo correcto, o que las cosas sean equitativas, o bien que cada quien tenga lo que por sus méritos propios pueda ganarse, ¿podríamos resumirlo a la frase Romana de “dar a cada quien su derecho”?, podría, pero no en el sentido que los antiguos Romanos lo manejaban.

Los romanos fueron elaborando su derecho con gran sencillez, resolviendo los problemas prácticos que se les presentaban con la mayor simplicidad, no generalizaban, ni intentaron formular teorías generales o hipótesis, rehuían a las definiciones, aunque en algunos casos las hayan hecho y con gran concisión. De esta manera los romanos no universalizaron; su concepto de propiedad, por ejemplo, era claro y escapaba a toda definición por su simplicidad, nunca la concibieron absoluta e ilimitada.

El estudio del derecho Romano es importante por ser este el antecedente de nuestro derecho civil, incluso hay capítulos enteros de ese antiguo derecho que fueron trasladados a nuestro derecho, siendo la estructura base del derecho civil de toda Hispanoamérica, y facilita además el estudio del derecho comparado, pero ¿Podemos decir que todos los conceptos de los Romanos son aplicados a nuestra actualidad?, ¿es el mismo derecho?, ¿Podemos identificarnos de forma practica con ellos?

Hemos mencionado que es la base, pero la interpretación que tenemos nosotros de las leyes, su concepto y la forma de aplicarla, quizás sea demasiado diferente a la que ellos tenían.

Para el pueblo Romano la justicia podía definirse de varias maneras. Agustín Bravo Gonzales, autor de los dos cursos de derecho Romano de editorial Porrúa nos dice: “Para los antiguos la iustitia (justicia) era la voluntad firme y continuada de dar a cada quien lo suyo.”

Dicho de otra forma, para ellos justicia era juzgar y ver que se cumplieran las leyes que habían sido hechas para cada grupo social, tenían una ley para los ciudadanos de Roma, otra para aquellos que habían inmigrado a Roma, llamados plebeyos, otra para aquellos pueblos conquistados e incluso unas leyes que aplicaban a las personas dependiendo de su estatus en la familia. Dar a cada quien lo suyo era juzgar a cada quien dependiendo su estatus y rol.

En la actualidad nuestro derecho no hace diferencia entre hombres y mujeres, a diferencia del derecho de los romanos, incluso nosotros desconocemos la esclavitud, y una de las garantías que establece nuestra constitución es la de la igualdad ante la ley, luego entonces, ¿cómo podemos decir que la justicia es dar a cada quien su derecho, si para todos los ciudadanos Mexicanos es el mismo derecho?

Muchas otras veces se escucha decir que la justicia es el principio de que todos somos iguales, que todos tenemos derechos y obligaciones, que todos debemos ser tratados con respeto y sin discriminación, pero eso es erróneo, pues lo que la gente está definiendo allí, no es la justicia, es la igualdad y la equidad.

Agustín Bravo también nos dice referente al concepto que tenían los antiguos romanos de la justicia y el que nosotros los modernos tenemos que: “Justicia y derecho son concepto correlativos, íntimamente relacionados entre sí. El derecho tiende a la realización de la justicia, el derecho es el objeto de la virtud conocida con el nombre de justicia, de aquí la necesidad de saber qué cosa sea la justicia, aunque es raro el tratadista de derecho moderno que se detiene a estudiar este concepto. Esta omisión se debe a que los autores siguen una tendencia común a toda investigación jurídica al través del siglo XIX, que se reduce a hacer comentarios de los distintos códigos, especialmente del código civil francés, sin profundizar y a veces sin tratar los aspectos de fondo o científicos propiamente dichos del derecho”

En estas palabras Agustín Bravo nos explica uno de los mayores problemas que tiene la sociedad moderna al intentar definir la justicia, o incluso al intentar interpretar y entender el derecho.

Es increíble que este concepto se venga estudiando desde los antiguos pensadores griegos, como Aristóteles en su libro “moral a Nicómano”, donde realiza un profundo análisis, que hasta ahora no ha sido superado.

Dijo Aristóteles: “Justicia se llama a esa cualidad moral que obliga a los hombres a practicar cosas justas y que es causa de que se hagan y de que se quieran hacer. La injusticia es la cualidad contraria; es injusto el que falta a las leyes, el que es demasiado codicioso y el inicuo. Es justo el que obedece a las leyes y el que observa con los demás las reglas de la igualdad. Lo justo será lo que es conforme a la ley y a la igualdad, lo injusto será lo contrario. Todos los actos especificados por la legislación son legales, llamamos justos a todos esos actos” “la ley tiene por objeto favorecer el interés general de los ciudadanos, la justicia hace que el hombre obedezca la ley”

Luego llego en la edad media Santo tomas de Aquino, que retoma la idea de Aristóteles en su libro summa theologiae (suma teológica)

Esto nos permite darnos un idea de lo que la justicia era para los antiguos, ¿Pero es aplicable en los tiempos modernos?, ¿Es aplicable para todas las sociedades?,

Si fuese que el derecho y la justicia es lo mismo, como sugieren algunos antiguos pensadores Griegos y Romanos, ¿Cómo podríamos justificar que en el tan conocido decálogo del abogado o mandamientos de Couture haya una parte que diga “Si en algún momento vez que existe conflicto entre el derecho y la justicia, siempre tienes que velar por los intereses de la justicia”? considerando que este escrito es tomado como los principios a los cuales cualquier licenciado en derecho debe apegarse.

Vamos ahora con un autor un poco más contemporáneo. El doctor José Tapia Tovar, nos da una definición de lo que es justicia. “La justicia es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones” (Tapia J. “Temas de justicia”, Porrúa, México, 2014).

Esta concepción de la justicia se presta a menos controversias, pues la define como un valor que busca el bien común de una sociedad, lo que permite que no sea interpretado de la misma forma en diversas culturas, por ejemplo, no es lo mismo la justicia para el Mexicano que para el Árabe, o el antiguo Romano, más sin embargo para todos es un valor necesario y que buscan con intención de lograr el bien de su nación.

La justicia ha sido concebida como una virtud humana, puede ser definida como el arte de hacer lo justo, y de “dar a cada uno lo suyo”, lo que básicamente nos dice que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el derecho, lo que englobaría también el hecho de exigir esos derechos y el dar esos derechos a un individuo.

Para diversos autores la justicia no consiste en dar o repartir cosas a la humanidad sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La

Justicia es ética, equidad y honradez, es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo.

Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todos los derechos de los demás.

La justicia no es algo que sea individual, pues es siempre una virtud que se tiene en relación a otra persona.

El derecho y la justicia siempre van de la mano, el primero debería siempre ver que la justicia se cumpla y se respete, pero en caso de que la justicia no pudiera alcanzarse, como nos vuelve a decir el decálogo del abogado, hay que tener fe en paz como sustituto de la justicia.

La justicia es pues una virtud que nos hace buscar el bienestar común, es el hacer lo correcto, o bien, como está escrito en cada cuadro de los juzgados civiles del estado de Querétaro, justicia es “dar a cada quien lo suyo”, entendiéndolo como el hecho de que cada quien debe recibir lo que por trabajo y derecho propio le pertenece.

Definiendo la democracia

La democracia presenta quizás, menos problemas a la hora de definirla que la justicia, pero no por ello es menos compleja. Podemos decir en primer lugar que la democracia es un sistema político, con una estructura definida, cuyo fin es el de otorgar al pueblo la soberanía, la cual pueden ejercer de manera directa o indirecta.

Se entiende por democracia también a aquellos estados cuyo régimen político es la democracia en alguna de sus variedades (directa, indirecta, pura, mixta, etc.)

O como un modo de tomar decisiones que sean aprobadas por la mayoría a través del sufragio.

Origen de la democracia

La democracia comenzó en la antigua Grecia de donde viene su origen etimológico, específicamente en Atenas en el siglo V a.c., perdurando hasta el día en que Roma la conquisto, aunque no fue precisamente la única democracia que se dio en el mundo antiguo, pero si la más conocida y la que más poder y estabilidad poseyó.

Atenas implemento la democracia directa, donde la gente no elige a representantes para votar en su nombre, sino que desarrollaban la legislación y ejercían el poder ejecutivo de manera personal. No obstante, la participación no era ni mucho menos universal, pero entre los que participaban apenas influía el poder económico, y la cantidad de gente involucrada era enorme. Además, las opiniones de los votantes estaban notablemente influidas por las sátiras políticas realizadas por los poetas cómicos en los teatros.

Hay que aclarar antes, que al igual que los Romanos, no todos aquellos que vivían en Atenas eran considerados ciudadanos, estos solo eran aquellas personas que poseían un culto doméstico y que descendían de antiquísimas familias fundadoras de la ciudad, llamados eupátridas, que vienen a ser los equivalentes griegos de los patricios de roma.

Los historiadores discrepan sobre quien fue el responsable de la creación de cada una de las instituciones, y cuáles de entre ellas representó más fielmente un movimiento verdaderamente democrático. Lo más habitual es tomar como referencia de inicio de la democracia a Clístenes perteneciente a la familia de los Alcmeónidas, quien fue enemigo abierto de la oligarquía, llegando al poder con ayuda del pueblo que carecía de participación en las asambleas. Sin embargo, el líder democrático más conocido y longevo fue Pericles; después de su muerte, el régimen democrático ateniense fue interrumpido dos veces por la revolución oligárquica hacia el final de la Guerra del Peloponeso. El sistema democrático fue modificado ligeramente después de ser restaurado gracias a Eucleides; de hecho, la mayoría de las descripciones detalladas del sistema datan de esta época y no del sistema original de Pericles. Fue suprimido por los macedonios en 322 a. C.

Las instituciones atenienses se restauraron más adelante.

Hay ciertos matices que nos hacen pensar en una similitud entre la democracia de los griegos y las actuales, la verdad es que no podemos compararles, pues las sociedades son demasiado diferentes, aunque comparten el mismo nombre y ciertos puntos generales, distan mucho unas de otras, más sin embargo no podemos decir que la democracia ateniense no sea una democracia, pues si lo era, pero su concepto de pueblo, era muy diferente al que tenemos hoy en día.

Para empezar, hay que entender, como dicen el escritor Agustín Bravo y el sociólogo Daniel Moreno que no podemos querer comparar a los antiguos con nosotros, no se pueden observar a los antiguos pueblos con nuestros valores y principios, pues entonces no podríamos darnos una idea correcta, pues estaríamos llenos de prejuicios ante sus regímenes.

A estos pueblos y a sus instituciones hay que estudiarlos con el espíritu libre y la mente abierta, observarlos sin buscar semejanzas, no al menos antes de haberlos estudiado y analizado con calma, de otra forma llegaríamos al error de creer que lo que los atenienses tenían no era una democracia, cuando realmente fueron ellos quienes dieron el concepto, aunque adaptado a su tiempo y cultura.

La democracia contemporánea

Con la caída del antiguo régimen y el descontento de los ciudadanos menos acaudalados, el deseo de un gobierno dirigido por el pueblo trajo a la vida nuevamente el concepto abandonado por los griegos, pero con grandes variaciones, que tienen que ver más con el significado de pueblo, que con el de la democracia.

Actualmente el pueblo está conformado por todos aquellos individuos que están en edad de poder emitir un voto (que son mayores de edad) y que nacieron en el territorio donde el estado gobierna, o bien que se han naturalizado por algún medio previsto en la constitución, el pueblo, como tal, no hace diferencia entre hombres o mujeres, entre ricos o pobres, todos son reconocidos como ciudadanos y todos tienen derechos, aunque en la práctica quizás si influya, pero eso es causa de nuestra cultura.

En cambio en la antigüedad, los atenienses y los romanos entendían por pueblo algo muy diferente, a ellos los unía el culto, no todos eran considerados personas, y había una marcada diferencia entre hombres y mujeres.

Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren  legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes.

Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos legales consultivos.

Finalmente, hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema político concreto.

No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.

Aplicación practica

En la práctica, existen muchas variantes del concepto de democracia, algunas de ellas llevadas a la realidad y otras sólo hipotéticas. En la actualidad los mecanismos de democracia más extendidos son los de la democracia representativa; de hecho, se trata del sistema de gobierno más utilizado en el mundo. Algunos países como Suiza o Estados Unidos cuentan con algunos mecanismos propios de la democracia directa. La democracia deliberativa es otro tipo de democracia que pone el énfasis en el proceso de deliberación o debate, y no tanto en las votaciones.

El concepto de democracia participativa propone la creación de formas democráticas directas para atenuar el carácter puramente representativo (audiencias públicas, recursos administrativos)

El concepto de democracia social propone el reconocimiento de las organizaciones de la sociedad civil como sujetos políticos (consejos económicos y sociales, diálogo social)

Estas diferenciaciones no se presentan en forma pura, sino que los sistemas democráticos suelen tener componentes de unas y otras formas de democracia.

Las democracias modernas tienden a establecer un complejo sistema de mecanismos de control de los cargos públicos. Una de las manifestaciones de estos controles horizontales es la figura del juicio político, al que pueden ser sometidos tanto los presidentes como los jueces, por parte de los parlamentos, de acuerdo a ciertas constituciones, como la de Argentina, Brasil o Estados Unidos.

Otras agencias más modernas orientadas al mismo fin son las sindicaturas de empresas públicas, los organismos de auditoría, las oficinas de ética pública, etc.

Elementos de la democracia moderna

En la democracia moderna juega un rol decisivo la llamada regla de la mayoría, esdecir el derecho de la mayoría a que se adopte su posición cuando existen diversas propuestas. Ello ha llevado a que sea un lugar común de la cultura popular asimilar democracia con decisión mayoritaria.

Las elecciones son el instrumento en el que se aplica la regla de mayoría; haciendo así de la democracia el ejercicio más eficiente, eficaz y transparente, donde se aplica la igualdad y la oportunidad de justicia, práctica originada en los siglos XVIII y XIX; cuando la mujer se hace partícipe del derecho al voto. Además, la democracia contemporánea, no se mantiene paralela al régimen absolutista y al monopolio del poder.

Sin embargo muchos sistemas democráticos no utilizan la regla de la mayoría o la restringen mediante sistemas de elección rotativos, al azar, derecho a veto (mayorías especiales), etc.

De hecho, en determinadas circunstancias, la regla de la mayoría puede volverse antidemocrática cuando afecta derechos fundamentales de las minorías o de los individuos.

Las democracias reales suelen ser complejos mecanismos articulados, con múltiples reglas de participación en los procesos de deliberación, toma de decisiones, en los que el poder se divide constitucionalmente o estatutariamente, en múltiples funciones y ámbitos territoriales, y se establecen variedad de sistemas de control, contrapesos y limitaciones, que llevan a la conformación de distintos tipos de mayorías, a la preservación de ámbitos básicos para las minorías y a garantizar los derechos humanos de los individuos y grupos sociales.

Conclusión:

Hay tantas opiniones acerca de lo que es justicia, lo que es democracia, que es difícil poder tener un concepto propio y no arriesgarse a un error, comparto la idea de varios autores de que para poder comprender una definición o concepto, sobre todo en materia de leyes, hay que situar dicho concepto o definición en un espacio y un tiempo determinado, después de todo la costumbre es una de las fuentes del derecho.

Personalmente creo que no es nada sencillo ni practico llegar a una democracia pura y directa, pero a la que tenemos, que es representativa, le hace falta mucho para ser un sistema que satisfaga las necesidades del estado, aunque no es solo por culpa del gobierno y sus integrantes, después de todo el pueblo es soberano, somos nosotros los que los eligieron, ya sea por voto o por omisión de él.

Surge entonces la interrogante, ¿Debería cambiarse este modo de gobierno? ¿Puede realmente cambiarse?, la respuesta creo firmemente que es sí, pero no como todo mundo lo piensa, no es con sangre y violencia, o quizás sí, pero aquí lo importante es ¿y una vez derroques a los que tienen el poder que? Si no tienes un sistema ya planeado, si no tienes una estructura, el cambio que planees hacer no servirá, pues realmente no habrá cambio alguno, las leyes deben hacerse con una estructura, un método, y adecuarse a una sociedad que a su vez deberá someterse y adecuarse a dichas leyes, o al menos es lo que en opinión personal opino.

Sobre el tema de la justicia, creo que aún no soy capaz de poder definirla, la frase de “dar a cada quien lo suyo” me es insuficiente para definir algo tan importante, siento que es demasiado vago, es más, sintiera que defino la equidad y no la justicia, y esas dos palabras no son sinónimas, están relacionadas, pero no son iguales.

De momento me quedo con la definición de que: “Justicia es dar a cada quien lo suyo que se ha ganado con su esfuerzo y mérito propio, darle a cada quien lo que le corresponde por derecho propio”

Y sé que muy posiblemente mi definición sea errada, pero espero en el transcurso de la carrera poder llegar a comprender mejor ese concepto, esa idea, esa virtud, comprender mejor la justicia.

Bibliografía

“La ciudad antigua” Fustel de Coulanges, Porrúa México 2014

“Derecho romano primer y segundo curso” Agustín Bravo Gonzales, Porrúa

México 2014

“El señor magistrado” José Tapia Tovar, Porrúa, 2014

“La justicia enferma”, Marco Garcia Noriega, Planeta, México, 2012

"La democracia entre la propiedad privada y la cosa pública" Pablo Pozzoni, Akal,

España, 1999

“La democracia feliz” Santiago Sevilla, Fondo de la cultura económica,

México1997

“Democracia republicana” Carlos salinas de Gortari, Debate, México, 2000

“Los orígenes de la democracia”, Barrington Moore Jr., Akal, España, 1985


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