Una cuestión de poder
Ensayo sobre “¿Qué es una constitución? De Ferdinand de
Lasalle
Todos creemos saber qué es una constitución, entendemos
que en la jerarquía de las leyes es la de mayor importancia, y sabemos que
ninguna ley inferior puede contradecirla. Sabemos que es la ley que determina
la organización del estado, los derechos y las obligaciones de los ciudadanos y
el gobierno, sin embargo Ferdinand Lasalle entendía que la constitución era
algo más que un documento donde se plasma la organización jurídica de un
Estado, buscaba desentrañar un significado más conciso y real, y lo hace de
manera esplendida a través de su libro, donde nos invita a reflexionar acerca
de lo que realmente es la constitución.
Lasalle comienza haciendo un breve pero importantísimo
recorrido histórico de su ciudad, Prusia, llevándonos desde una Prusia feudal
hasta la Alemania de Otto von Bismarck, demostrándonos que desde los tiempos de
la edad feudal existía ya una constitución, que si bien no era escrita, era tan
incuestionable y obligatoria como lo es una constitución escrita actual. Nos
habla de como siempre, en todo sistema de gobierno, ha existido una
constitución, aunque no fue hasta después de que cayera el feudalismo que
comenzaron a verse las constituciones escritas, y es aquí donde Lasalle
comienza a desglosar poco a poco el concepto actual de constitución.
Creemos erróneamente que las leyes tienen su poder en la
escritura, que las respetamos y podemos acudir a ellas porque están escritas,
pero ¿Qué pasaría si por algún motivo todas esas leyes escritas se perdieran?,
Lasalle nos da un caso hipotético, de un gran incendio que por azares del
destino acabase con todas las leyes del país, y tuviese entonces que acudirse a
realizar leyes nuevas, Lasalle nos explica que no habría forma de que las leyes
nuevas fueran formuladas de manera distinta a las que ya existían, quizás
puedan variar en su forma, pero no se podría quitar su privilegio a los
burgueses, ni a los banqueros, ni eliminar al ejército, incluso no se podría
quitar los derechos de libertad a los obreros, el pueblo llano, porque, nos
dice Lasalle, todos y cada uno de ellos son un fragmento de la constitución, la
constitución real y práctica.
Lo anterior no quiere decir que la constitución escrita no
tenga valor, pues es la que recopila y da forma a la constitución práctica, sin
embargo, y aunque es en cierto modo pesimista, lo que vale es la constitución
real, la práctica, pues es la que se basa en el poder.
Sin embargo Lasalle nos aclara que el poder nunca debe
anteponerse al derecho, aunque en la práctica lamentablemente, es de otra
forma, de hecho nos dice que:
“la verdadera constitución de un país reside
en los factores reales y colectivos de poder que en ese país rigen, la
constitución escrita solo da expresión a esos factores de poder, careciendo de
todo valor cuando le falta esta base real. Por ello los problemas
constitucionales no son tanto problemas de derecho, si no de poder.”
Siendo así, ¿de qué manera puede defender el pueblo sus
derechos? ¿Cómo podemos hacer que la constitución sea más que un trozo de
papel?, Lasalle también nos da una respuesta, nos dice que el arma más poderosa
que tiene el pueblo es la verdad, la única forma de combatir el mal gobierno no
es por medio de la violencia, es a través de desenmascararlo, de hacer que se
vea como realmente es, solamente así la población se unirá contra el en
comunidad, y podrá derrocársele. Lamentablemente nos enfrentamos a un enemigo
mucho peor que la mentira, es el desinterés de la población que se cree segura,
aquellos que no se preocupan por los demás, y que se mantienen pasivos por
creer ilusamente que sus derechos están protegidos.
En lo personal, no creo que nuestro país esté en la misma
situación que la Prusia de Ferdinand de Lasalle, pero nos acercamos de manera
peligrosa a ese supuesto, día a día el gobierno violenta nuestros derechos,
viola la constitución escrita y nos impone una constitución practica a su conveniencia
a través del miedo y la violencia, y esto ocurre precisamente por lo que
Ferdinand dijo, por la ignorancia, por la apatía, el pueblo de México se vuelve
cada día más egoísta y eso nos está costando nuestras garantías.
Ferdinand decía que para acabar con un mal gobierno había
que mostrarlo como lo que es, que, en su caso, el parlamento, la cámara
representante del pueblo debía detener sus reuniones hasta que el gobierno
accediera a respetar la constitución, y esto se lograría únicamente si todo el pueblo
se unía, cosa que lamentablemente no suele ocurrir, al menos no hasta que se
llega hasta un extremo, como una guerra, una revolución armada.
El autor nos dice también que el poder del pueblo, el de
la democracia es mayor que el del gobierno que basa su poder en la fuerza del ejército,
sin embargo, el poder del ejercito es más organizado que el de la democracia,
por lo tanto esta última tiene pocas oportunidades para constituirse como una
sola voluntad y actuar contra el gobierno, y si no se ocupa esta oportunidad
para deshacerse del mal gobierno, este se reinstituirá, tomara fuerza y se
cimentara nuevamente aplacando a la voluntad colectiva, es dicho de otra forma,
necesario cortar la mala hierba desde la raíz.
Lasalle nos dice en su libro que la gente del gobierno no
es tonta, tiene a su servicio gente que sabe actuar de acuerdo a las
circunstancias, y se aprovechara de ello.
Como conclusión, debo agregar que este libro debería de
ser fundamental para cualquier ciudadano, porque habla de la realidad política,
no solo de un país, sino del mundo entero, y nos enseña lo importante que es el
pueblo para el estado, lo importante que es informarse, estudiar, comprender y
actuar, incluso nos recuerda que el mundo es regido por el poder, que es un
arma de doble filo, pues como todos lo ansían, cuando el poderoso se vea en
peligro de ser derrotado sus propios aliados con tal de mantener su poder se
pasaran al lado contrario.
Sí, es un libro crudo, la vida no es sencilla, pero todos
nosotros, como individuos y como sociedad podemos hacer que eso cambie, ¿Cómo?,
estudiando, preparándonos, y sobre todo no caer en el desinterés y no creernos
todo lo que nos dicen los poderosos, debemos aprender pues, a analizar.
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